Tal día como hoy, hace 26 años, mi vida cambió. Para bien, para mal.... un poco de todo, pero lo cierto es que ya no volvió a ser la misma. Aquel 23 de agosto de 1986, pase a convertirme en un enfermo renal. Al menos, a ser consciente de ello, porque realmente, lo era desde hacía muchos años atrás, cuando mis riñones comenzaron a atrofiarse hasta desaparecer.
Mi destino en aquellos momentos era ser militar, en el Ejercito del Aire, para mayor precisión. Pero la suerte quiso que a partir de ese día tuviese que replantearme mi vida, comenzar desde cero. Claro, que en aquellos momentos lo que menos me preocupaba era el futuro, puesto que me encontraba en un mar de dudas respecto a mi situación. Solo sabía que tenía una enfermedad muy grave, con un tratamiento complejo y por ello no estaba muy claro que saliese adelante.
La verdad es que la información que recibí por parte del personal sanitario no fue muy explicita. Secretismo, caras raras, y yo que me sentía como un reo al que le estaban leyendo su condena para ser ejecutado al amanecer.
Siguió un largo proceso, con más de dos meses ingresado en el Hospital del Aire, en Madrid, problemas con el ejercito....que se yo.Si en aquel momento, hace 26 años, alguien me hubiese dicho que ahora estaría aquí, escribiendo esto, no me lo hubiese creido. La verdad es que pense que de esa no salía.
Pero aquí estoy, dispuesto a seguir dando guerra, no se cuanto tiempo, pero espero que un poco más. Han sido años muy duros, complicados, con alegrías y tristezas, pero hoy me alegro de poder seguir hacia adelante mientras pueda. Luchando por ALCER, como lo llevo haciendo todo este tiempo, y al que le debo mucho, así como a todas aquellas personas que he podido conocer estos años y han sido positivas en mi vida, de las cuales estoy muy orgulloso. De el resto, ni me acuerdo.
Desde Al menos, un par de semanas más, para poder celebrar el 21 cumpleaños de mi trasplante.
Pero eso es otra historia...
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